La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, calificó como “injustificada” y “sin base legal” la decisión de Estados Unidos de duplicar los aranceles al acero y aluminio, elevándolos del 25% al 50%. Esta medida entró en vigor el miércoles 4 de junio de 2025. Durante su conferencia matutina, Sheinbaum aseguró que esta acción es “insostenible” y afecta directamente a la economía mexicana, ya que encarecerá productos para los consumidores estadounidenses y pondrá en riesgo empleos en México.
Sheinbaum anunció que este mismo miércoles se reuniría con representantes de las cámaras del acero y del aluminio para analizar posibles acciones ante la situación. Además, informó que el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, se reunirá el viernes con el secretario de Comercio de Estados Unidos para buscar una solución que evite mayores afectaciones a la industria mexicana.

La presidenta enfatizó que, de no llegar a un acuerdo, México tomará medidas la próxima semana para proteger sus empleos y su industria. Aclaró, sin embargo, que no se trata de una represalia, sino de una acción necesaria para salvaguardar la economía nacional.
El aumento de los aranceles por parte de Estados Unidos ha generado preocupación en México, ya que el país exporta anualmente más de 20 mil millones de dólares en acero y aluminio al mercado estadounidense, siendo el segundo proveedor de estos materiales. Se estima que esta medida pone en riesgo 380 mil empleos y hasta 7,500 millones de dólares en inversión en el país.
El gobierno mexicano considera que esta decisión de Estados Unidos carece de sustento legal, especialmente en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y espera que las negociaciones con las autoridades estadounidenses permitan revertirla.

¿Cómo afecta esta medida a los mexicanos?
La decisión del gobierno estadounidense de imponer un arancel del 50% a las importaciones de acero y aluminio mexicanos no solo genera tensiones diplomáticas, sino que también puede tener impactos directos en la vida de millones de ciudadanos.
En primer lugar, la medida pone en riesgo alrededor de 380 mil empleos directos e indirectos relacionados con la industria del acero y del aluminio, en estados como Nuevo León, Coahuila, Veracruz y Estado de México, donde se concentran muchas de las plantas productoras.
Además, el aumento de aranceles podría frenar inversiones por hasta 7,500 millones de dólares, lo que implicaría menos oportunidades de desarrollo económico en varias regiones del país. Las empresas afectadas podrían ver reducidos sus márgenes de ganancia o incluso optar por disminuir su producción.
En la vida cotidiana, los consumidores mexicanos también podrían verse impactados. Al encarecerse la exportación de acero y aluminio a Estados Unidos, algunas empresas podrían trasladar esos costos al mercado interno, elevando el precio de productos como electrodomésticos, herramientas, automóviles y materiales de construcción.
Finalmente, estas tensiones comerciales podrían repercutir en el tipo de cambio y en la estabilidad financiera nacional. Un conflicto prolongado con el principal socio comercial de México podría generar incertidumbre en los mercados, afectando tanto a grandes industrias como a los hogares mexicanos.
